lunes, marzo 24, 2025

Por qué mujeres todavía priorizan la conciliación en vez del sueldo

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¿Priorizar la conciliación o el sueldo?

Casi el 96% de los hombres con hijos menores de 15 años no se acoge a medidas de conciliación que suponga un recorte en el sueldo frente a un 4,5% que sí optaría por las mismas. Estos datos los recoge un estudio elaborado por profesores de las facultades de Políticas y Sociología y de económicas y Empresariales de la UNED, publicado en 2023. En la sociedad actual, impulsada por los logros, el concepto de conciliación de vida laboral y profesional es cada vez más importante. Sin embargo, gran parte de esta conversación se ha centrado en las mujeres en parte porque, tradicionalmente, se ha esperado que los hombres desempeñaran el papel del principal sostén de la familia, con su identidad y su autoestima estrechamente ligada a sus logros profesionales. Pero la conciliación va más allá de un reparto de tiempo entre lo laboral y lo familiar, según la investigadora y activista de la equidad de género, Laura Sagnier.

“Es fundamental considerar un tercer elemento, que serían las necesidades de cada persona, esto es, el tiempo libre del que se dispone para cuidar de su salud física y mental. Cuando hablamos de conciliación es importante tener en cuenta que no todas las personas que están activas en el mercado de trabajo se enfrentan a las mismas dificultades. Hemos identificado cinco niveles de necesidad de conciliar: el nivel 1 (viven en casa de los padres), el nivel 2 (se han independizado en solitario), el nivel 3 (viven en pareja), el nivel 4 (todos los hijos/as son mayores de edad) y el nivel 5 (tienen algún hijo o hija menor de edad)», asegura la experta. Es en este último nivel donde las mujeres están realmente agotadas ya que los días laborables acumulan un gap de descanso negativo de casi cinco horas, cada día. En este nivel, las mujeres dedican casi 14 horas al trabajo (remunerado y no remunerado) por lo que, restando las horas de sueño, les quedan menos de dos horas al día para su higiene, cambio de ropa, alimentación, así que, cero tiempo libre.

El coste de conciliar para las mujeres

Según el estudio que citábamos al principio, un 34% de mujeres ha adoptado medidas como reducir la jornada laboral o trabajar a tiempo parcial, llevar a cabo tareas menos exigentes o cambiar de trabajo para facilitar la conciliación, frente a un 6% de los hombres. ¿Cómo afecta esto a nuestra carrera profesional? ¿Significa entonces que las mujeres preferimos renunciar a dinero o prestigio en favor de la conciliación? “Dejar de trabajar, con el consiguiente efecto sobre la economía y la pérdida de libertad son algunos de los peajes que pagamos las mujeres”, dice Laura Sagnier.

Somos poco conscientes de las consecuencias de dejar de ser económicamente independientes, una de ellas, perder la libertad. El problema es que, ante el agotamiento permanente y sostenido, muchas mujeres llegan a la conclusión de que la única solución es adaptar su vida laboral a la familiar. “Según mis investigaciones, esta es una decisión que las mujeres toman en torno a los 37 o 39 años. Y la toman una de cada cinco mujeres (el 20%). Un dato esperanzador: se reduce al 15% entre las mujeres con formación universitaria frente al 38% entre las que dejaron de estudiar en primaria o secundaria, que afortunadamente son cada vez menos”, destaca la investigadora.

La percepción de la felicidad también es distinta en función del género, según Sagnier. “Lo que más influye en que las mujeres se sientan más o menos felices con su trabajo remunerado son los ingresos mensuales que perciben. En segundo lugar, lo que tiene más capacidad de influencia es si el horario laboral permite o no compatibilizar el trabajo remunerado con las exigencias de su ámbito privado. En todos los niveles de ingresos, aquellas mujeres que sí pueden conciliar se sienten más felices con su trabajo remunerado que las del nivel de sueldo superior que lo tienen difícil para conciliar”, apunta.

¿Dispuestas a ganar menos?

“Una cosa es querer y otra muy distinta, poder”, aclara la experta. “Lo que hemos aprendido en nuestras investigaciones tanto en España como en Portugal es que el dinero y el tiempo tienen un valor que no es constante, esto es, oscila en las distintas etapas del ciclo vital. Y tiene sentido si pensamos en que podemos reducir nuestros gastos, pero, sin embargo, no podemos dejar de atender las necesidades de las personas dependientes de nuestra familia, sean descendientes o ascendientes”. Así, en la primera etapa del ciclo vital (de los 18 a los 26 años) tener un buen sueldo es más importante que conciliar. Y es lógico, porque en esta fase, la mayoría tenemos una vida personal con pocas responsabilidades extralaborales. En las etapas vitales 2ª y 3ª (de los 27 a los 49 años), las exigencias extralaborales se maximizan por lo que conciliar pasa a ser mucho más importante que tener un buen sueldo. Ya a partir de los 50, cuando entramos en la 4ª etapa vital, tener un buen sueldo pasa a ocupar una primera posición destacada de todo lo demás.

Mujeres y hombres queremos dinero por igual, pero, por lo general, «el desequilibrado reparto de las cargas familiares en las parejas heterosexuales obliga a muchas mujeres a dejar sus expectativas laborales aparcadas, por lo menos durante un tiempo. En España, esto le ocurre al 62% de las mujeres que viven con un hombre. Estoy convencida de que el día en que mujeres y hombres seamos equitativos en el reparto de las cargas familiares que nos atañen, el valor del dinero será igual para ambos, aunque eso sí, oscilará con las exigencias familiares, también para ambos”, concluye Sagnier.

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