Poco más de una hora ha durado la primera reunión de la mesa de diálogo social de este año. CEOE, Cepyme, UGT y CCOO retomaban a las 11 horas la negociación sobre la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2024, pero pasadas las 12 horas finalizaba sin acuerdo. Sobre la mesa, la propuesta del departamento que dirige Yolanda Díaz de elevar el SMI al 4%, de los 1.080 euros actuales hasta los 1.123 euros. Esta subida no convence a patronal ni sindicatos, pero estos últimos se han alineado con el Gobierno para advertir a la patronal que si no sella ese pacto la subida será mayor. Las partes se han emplazado a un nuevo encuentro al final de esta semana.
«Un 4% es una subida que genera incentivos a todas las partes, es una subida razonable. Si la patronal española considera que no presta su apoyo, quien no entra en un acuerdo paga las consecuencias de no hacerlo y naturalmente estaríamos dispuestos a explorar una nueva cifra que nos sirva para acordar con las organizaciones sindicales», advertía el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, a su llegada a la reunión en la sede del Ministerio de Trabajo.
El Gobierno planteó formalmente la subida del 4% en una reunión de la mesa de diálogo social el 11 de diciembre, pero la propuesta no convenció entonces a la patronal, por excesiva, ni a los sindicatos, por insuficiente, y la búsqueda de un acuerdo se aplazó a este mes de enero, algo que ha sido habitual en la revalorización del SMI en los últimos años. Esas siguen siendo las posturas, aunque este lunes los sindicatos se han mostrado abiertos a la posibilidad de rebajar sus expectativas si la CEOE hace lo propio.
Lo sugería a primera hora el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, declaraciones a RNE: «Es mucho más fácil llegar a un acuerdo, aunque no esté en las posiciones de las organizaciones sindicales, si está la CEOE que si no está (…) Si hay acuerdo con la patronal hay margen de negociación y si no hay acuerdo el aumento que pediremos al Gobierno va a ser más alto».
Y así lo reiteraban los representantes de CCOO y UGT tras la reunión, en la que «no ha habido ninguna variación en las propuestas ni por parte de los sindicatos ni del Gobierno», que mantiene su propuesta del 4%, y en la que CEOE se han comprometido a estudiar las propuestas que hay encima de la mesa para dar una contestación «en la próxima reunión que se celebrará el jueves o el viernes», según reconocía la secretaria confederal de Acción Sindical y Empleo de CCOO, Mari Cruz Vicente. «Esperemos que la voluntad negociadora sea necesaria y suficiente para buscar un acuerdo tripartito que es lo que estamos buscando», ha insistido Vicente.
La CEOE no ha hecho declaraciones, pero siempre se ha mostrado partidaria de un alza del 3%, en línea con el AENC (Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva). Si bien su principal reclamación es vincular el salario mínimo a los contratos públicos, algo a lo hasta ahora se ha negado el Gobierno. Los sindicatos se han mostrado partidarios a que se revisen los precios de las contratas públicas en aquellas circunstancias excepcionales que se puedan constatar y demostrar «fehacientemente».
A partir del 5%
Sin firma de la patronal, el punto de partida de los sindicatos para la subida del salario mínimo se sitúa en el 5%. Así lo ha afirmado la representante de CCOO, mientras que su homólogo de UGT ha ido más allá hasta sugerir elevarlo al 7%. «Si las pensiones mínimas suben entre el 5% y el 7%, las no contributivas el 6,9% y el ingreso mínimo vital (IMV) ha subido el 6,9%, el salario mínimo se debe fijar en los mismos parámetros. No parece coherente que haya parámetros inferiores para el salario mínimo que para el resto de retribuciones mínimas», ha defendido el vicesecretario general de política social de UGT, Fernando Luján de Frías.
La intención del Ejecutivo es alcanzar una decisión esta semana, de forma se pueda aprobar el alza ante de que acabe el mes con efecto retroactivo desde 1 de enero de este año. En los últimos cinco años el Gobierno no ha aprobado la revalorización del salario mínimo antes del 31 de diciembre del ejercicio anterior. La última vez que cumplió con dicha costumbre fue en 2018, cuando el Ejecutivo, entonces monocolor del PSOE, aprobó en su Consejo de Ministros celebrado de manera extraordinaria en Barcelona un alza del 22% del SMI hasta los 900 euros, la mayor subida desde 1977, pero entonces no contó con el acuerdo de la mesa de diálogo social.
En los últimos cinco años, el suelo salarial ha subido un 47% (hasta la revalorización del año pasado), dentro del objetivo del Gobierno de coalición de garantizar que los trabajadores que cobran el SMI no pierden poder adquisitivo y, al mismo tiempo, garantizar que el salario mínimo español se sitúe en el 60% del salario medio, en línea con la Carta Social Europea, aunque la forma de calcular ese salario medio difiere.
Reformar la norma
Una vez se decida qué hacer con la subida de este año, los sindicatos piden iniciar un nuevo diálogo social para reformar el decreto que regula el salario mínimo porque consideran que es «confuso» y «discriminatorio» para algunos trabajadores. Se trata de aquellos que cuentan con determinados pluses, como los de nocturnidad o desplazamiento, que se «absorben» para llegar a la subida del salario mínimo, según ha explicado Mari Cruz Vicente. «Por ejemplo, una persona que trabaja por la noche tiene un plus de nocturnidad, pero en el caso de cobrar el salario mínimo ese plus se absorbe para alcanzar esa subida del SMI. Eso es claramente discriminatorio», ha añadido.