El sufrimiento del trabajador forzado a alcanzar objetivos inalcanzables se denomina Sisifemia según un artículo publicado por los doctores españoles Araceli López y José Vicente. Esto puede dar lugar a un cansancio mental en el sujeto, que asume que está obligado a trabajar al límite, incluso de su salud, obsesionado con la creencia de deber esforzarse cada vez más.
La expresión proviene de la mitología griega, donde Sísifo fue condenado a perder la vista y empujar durante toda la eternidad una piedra gigante hasta la cima, para luego caer y volver a empezar su padecimiento.
Los especialistas cuestionan en su investigación que durante las largas jornadas de trabajo se experimenta estrés, dolores de cabeza y malestares generales en el cuerpo, que repercuten en la aparición del sentimiento de frustración del trabajador que cree no es suficientemente productivo, a pesar de serlo. El trabajador aplaca su frustración llenándose de cargas y tareas diarias.
Los médicos españoles muestran que la sisifemia, término acuñado por ellos, es propensa en personas perfeccionistas, con alto sentido de la responsabilidad, adictas al trabajo, meticulosas, obsesivas, competitivas, cumplidoras, convencidos de que el esfuerzo da valor al trabajo.
Los afectados también se encuentran en una incógnita entre lo que debe hacerse y lo que puede hacerse en la jornada de trabajo; esto provoca estrés y frustración que genera que el trabajador no se enfoque en sus actividades y experimente insatisfacción en su espacio laboral.
Según los doctores Vicente y López, el trastorno está identificado en tareas de exigencia de tipo intelectual, con alta carga mental, atención continuada, concentración, alta responsabilidad y toma de decisiones inaplazables. Tiene mayor tasa de manifestación en trabajos técnicos y profesiones relacionadas con puestos comerciales, teleoperadores o telemarketing.
Además, se da en trabajos que son dependientes a otros como el freelance, actividades en empresas con intensidad horaria, y en lugares donde el salario depende de los objetivos o resultados obtenidos por el trabajador.
Uno de los principales síntomas de la sisifemia es el estrés que puede ocasionar falta de rendimiento, cansancio mental, migraña, insomnio, malhumor, ansiedad, trastornos alimenticios, bajas defensas e incapacidad para disfrutar. Esto incide en que los afectados se vean obligados a consumir hipnóticos, ansiolíticos, analgésicos, y otros productos como tabaco, alcohol u otras drogas para calmar su malestar.
Según los especialistas, el consumo de ansiolíticos u otras sustancias como alcohol o tabaco, es un mal mecanismo que intenta paliar los síntomas, y la automedicación de antidepresivos sin un seguimiento médico puede afectar a la salud.
Según lo concretado en la investigación, es competencia de las empresas promover entornos saludables para sus trabajadores, así como actuar de forma preventiva y detectar comportamientos inusuales de los mismos. Proponen corregir también comportamientos organizacionales no saludables, yendo en contra de cargas excesivas o urgencias exacerbadas.
Las empresas deben cuidar de los trabajadores en situación de riesgo, incluso brindando apoyo psicológico en los supuestos que sea posible, añaden los doctores.